“La diferencia entre la tozudez y la
constancia, casi siempre coincide con el
resultado. Si éste es el deseado, nos felicitan por nuestra confianza; por
nuestra visión a largo plazo. Cuando no es así, nos acusan de no ver lo obvio,
de ser obsesivos”.
Habitual
peregrino en otros tiempos del Camino de Santiago, tuve tiempo de darme cuenta
de lo que la sabiduría popular es capaz de transmitir, sin afirmar o negar. Valga
para ello el conocido dicho gallego que reza así. “Yo no creo en “meigas”
(brujas) pero haberlas…”. Dejo a la sensibilidad del lector la respuesta, según
sea su propia creencia, no sin antes
advertir que, lo que no puede ser explicado de forma lógica, ni analizado de manera
racional por nuestra mente, puede entrar perfectamente en la regla “del tercero
excluido” cuando, cómo en este caso, se refugia en sentir popular para hacer
patente la posibilidad de su existencia.
Esta semana pasada, en el encuentro mensual del Club
del Espejo, tuvimos la ocasión y el placer de contar con la presencia de un
hombre cuya sencillez contradice la popularidad de sus actos. Aurelio Mejías Mesa, es el autor
de varios libros y el artífice de uno de los canales más visitados de Youtube.
Un medio, en el que ha publicado cerca de dos mil doscientas grabaciones sobre
hipnosis; elegidas de entre las más de diez mil realizadas a lo largo de su
vida, reflejan las muchas percepciones que el ser humano tiene de sí mismo
y de aquello que le afecta en su vida actual. La amistad personal que a él me
une, hizo posible su presencia en el encuentro y, en justa correspondencia, mi
asistencia a su seminario sobre hipnosis en Barcelona al día siguiente.
Los hay que confunden espectáculo con terapia,
cuando se habla de la hipnosis. Mientras
que en el escenario se magnifica el histrionismo y la pérdida de voluntad del
sujeto, en la clínica se dialoga con el paciente desde su propia percepción de
los “hechos”. En el espectáculo, el protagonista es el hipnotizador y en la
consulta lo es el paciente que, en un estado de trance y sin perder el control
sobre sí mismo, entrega recuerdos que esclarecen el “porqué” de su consulta. Y
es aquí donde aparece la magia, en ese recuerdo olvidado durante tanto tiempo y
que trae consigo una emoción incorporada que, el paciente, vive en presente.
Para llegar a ella, el hipnólogo ha debido vencer antes la resistencia psicológica
que protege no solo ese recuerdo, sino también, la emoción que lo alimenta. En
la regresión hipnótica lo mágico reside en el sentido común que utilizaba M.
Erickson, o utilizan actualmente Armando Scharovky y Auelio Mejía.
Para practicar la hipnosis terapéutica son
imprescindibles cualidades como la empatía y la escucha activa, pero
sobretodo… confianza y paciencia; y
lógica, mucha lógica para convencer al paciente de lo inútil de ese sufrimiento.
Poco importa si lo revelado por él, es realidad o imaginación. No es lo qué
dice, sino cómo lo siente. Mientras, el niño interior de esa persona busca la
magia del perdón, nosotros tratamos de convencer al adulto que es hoy, de que le permita hacerlo. En estos casos, lo mágico, depende de lo
lógico.
Aurelio Mejía en el Club del Espejo
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