“Está justificado que a la filosofía se llame ciencia de la verdad.
Pues la meta de toda ciencia teórica es la verdad, y la de la ciencia práctica
es la obra”. Aristóteles
Reconozco que, mi espíritu de aventura, se formó con
los libros de Enid Blyton que narraban aquellas fabulosas peripecias de cinco
amigos, capaces de descubrir los enigmas más recalcitrantes. En cambio, mi actual
forma de pensar, quedó marcada por la temprana lectura de autores como Julio
Verne. Ambos escritores, tienen en común que alimentaron mi fantasía. Sin
embargo, la diferencia estriba en que, mientras la primera situaba su narración
en contextos cercanos, casi familiares, que más tarde yo podía usar como
referencia en situaciones parecidas, Julio Verne, excitaba mi imaginación con
inverosímiles escenas que, de niño, me parecían increíbles e irrealizables. Más
tarde, no sin cierta fortuna, tuve ocasión de acceder a un submarino y también, de
volar. Esto último, hasta hartarme, debido a mi profesión. Quizás por ello, pienso
que la cotidianidad de lo actual, no es óbice para no constatar que siempre ha
habido personajes capaces de adelantarse a su tiempo con una imaginación
desbordante.
Ray Kurzweil, inventor además de escritor y experto
en ciencias de la computación, anticipó con bastante precisión, hace ya
veinticinco años en su libro "La era
de las máquinas inteligentes, que, las personas, dispondrían de dispositivos
electrónicos que les proporcionarían identidad automática, direcciones de
navegación, además de comunicación móvil y diversos servicios. También, que existirían gafas que permitirá a sus usuarios
ver el entorno visual normal mientras recrean una imagen virtual que parecerá
sostenerse en frente de ellos. En la actualidad, esos objetos ya existen y él está
considerado como uno de los dieciocho pensadores más influyentes de Estados
Unidos. Es consejero del ejército americano y desde 2012 director de ingeniería
en Google.
Según una frase de William Blake, “Lo
que ahora se considera realizado, antes fue imaginado”. En ese sentido
y en lo que a mí respecta, estoy de acuerdo con este filósofo, pero tengo serias
dudas sobre si todo lo anterior es fruto de un pensamiento lógico anticipado, o la consecuencia
práctica y presumible de los avances
tecnológicos que algunos pocos tienen el privilegio de vislumbrar. Actualmente,
la filosofía parece haber sido relegada a un segundo plano y se cuestiona su
enseñanza en beneficio de lo puramente científico. Las realidades objetivables
de los hechos, parecen tomar ventaja a las reflexiones filosóficas acerca de
los conceptos fundamentales. No obstante, podemos considerar que, científicos
como Einstein, Bohr u Oppenheimer son filósofos, de la misma manera como el
filósofo Carl von Weizsäker es físico. Asimismo, podemos estar seguros que, dentro
del ámbito del día a día, hay personas ocupadas en pensar a cerca de los
hipotéticos escenarios de un futuro próximo, independientemente de que éste sea
tecnológico, político o económico. Lo que ellos imaginan hoy, mañana será una
realidad.
Así pues, durante le entrevista que les ofrezco, quise preguntar a
Rais Busom, filósofo y especialista en ciencias políticas, sobre el pensamiento
actual y su futuro. Curiosamente, cuando le pregunté por sus preferencias, se
definió a sí mismo como un “pensador digital”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario